Desde la icónica capital francesa hasta Honfleur, uno de los puertos franceses más pintorescos, el Sena ha sido testigo de algunos de los personajes más notables de la historia: Juana de Arco, Van Gogh, Seurat y Claude Monet.

Un crucero por este río es un viaje suave y tranquilo a través de algunos de los paisajes más idílicos de Francia, de tierras de cultivo y prados, ciudades y pueblos históricos. También es una aventura gastronómica, en la tierra de los quesos Brie y Camembert, del licor de Calvados y de la sidra de Normandía.

El Sena tiene 780 kilómetros de largo y nace en el Monte Tasselot, en la región de la Côte d’Or de Borgoña. Es la vía navegable más larga de Francia y transporta más tráfico comercial y de carga que cualquier otro río o canal del país. Fluye al noroeste de Dijon, Borgoña, a través de la meseta seca de Champaña, luego a través de París, Giverny, Rouen y a través de Normandía antes de desembocar en el Canal de la Mancha, no lejos de Le Havre. El estuario es ancho y se extiende por 26 kilómetros entre Tancarville y Le Havre. El Sena, al correr por una llanura fluye lentamente y, por tanto eminentemente navegable. En su recorrido se le unen el Aube, cerca de Romilly, el Yonne, cerca de Montereau, y el Marne, su mayor afluente, cerca de París.